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miércoles, 15 de enero de 2014

MAÑANA EN LA PLAZA DE COLON, NÚMERO 4. Entrada a la exposición 9.50 horas

CENTRO CULTURAL DE LA VILLA
TERRACOTA ARMY – GUERREROS DE XI’AN
 
En 1974, un campesino descubrió por casualidad el primero de los ocho mil soldados que custodiaban la tumba del primer emperador de China
 
Los guerreros de Xian, de nuevo en Madrid
 
Entre la ladera del monte Li y el río Wei, en la provincia china de Shaanxi, un túmulo con forma de pirámide se eleva más de 40 metros sobre la planicie. Bajo su cúspide, hoy hundida, un palacio subterráneo alberga los restos de uno de los personajes más fascinantes de la historia de China: Zhao Zheng, rey de Qin y primer unificador de China, al que conocemos como Qin Shihuang di, «el primer emperador» (259-210 a.C.).
Según el antiguo historiador chino Sima Qian, el mausoleo era de tal magnitud que en el techo se reprodujo la cúpula celestial. Debajo, los artesanos del imperio se esforzaron en construir un modelo de la tierra que conocían para que su emperador tuviera un lugar donde gobernar en el Más Allá. Usando mercurio reprodujeron los grandes ríos de China, y el océano en el que desembocan.
A principios del siglo XX circulaban historias sobre descubrimientos en la zona, protagonizadas por agricultores que excavaban en busca de agua, aunque su veracidad no es fácil de contrastar. Se contaba, por ejemplo, que un agricultor ya había alcanzado el nivel freático y el agua empezaba a llenar su pozo cuando su pala chocó con algo duro. El agua empezó a desaparecer y dejó al descubierto la cara impasible de un soldado de terracota. Asustado, volvió a enterrar la cabeza y se marchó del lugar despavorido. Otro campesino recordaba cómo su padre había descubierto antaño una escultura semejante, y ante el temor de que fuera un espíritu maligno, sacó la figura de terracota, la colgó de un árbol y la apaleó para alejar al espíritu. Pero la convulsa situación política de China en la primera mitad del siglo XX impidió comprobar si aquellas apariciones tenían interés arqueológico.
 
Vuelve la exposición ‘Terracotta Army. Guerreros del Xi’an’

A golpe de pala

El gran descubrimiento se produjo en 1974. Aquel año la región de Shaanxi estaba sufriendo una de sus peores sequías, y los campesinos, desesperados por encontrar agua, habían empezado a excavar pozos más profundos de lo habitual. Uno de estos agricultores, Yang Zhifa, salió con sus hermanos un día para buscar agua. El pozo que estaban perforando tenía ya más de cuatro metros de profundidad cuando la pala de Yang dejó a la vista una forma circular. Pensando que se había topado con algún cuenco antiguo, excavó con cuidado alrededor de la cerámica hasta dejar al descubierto el cuello de una escultura de terracota. Acababa de despertar a los guerreros de Xian.
Los improvisados arqueólogos siguieron cavando alrededor de la figura hasta que dieron con un suelo de ladrillo. Sospechando que habían hecho un hallazgo singular, informaron a las autoridades y de inmediato la zona se llenó de arqueólogos e historiadores. Su sorpresa fue grande. El hallazgo se había producido a más de un kilómetro de distancia del túmulo del primer emperador, lo que indicaba que su tumba era mucho mayor de lo que se suponía. Pero, sobre todo, los textos literarios de la Antigüedad no hacían ninguna referencia a la presencia de esculturas en la tumba; en cambio, lo que estaba apareciendo a la vista de los arqueólogos chinos eran literalmente millares de figuras, que reproducían el ejército con el que Zhao Zheng consiguió unificar China bajo su mandato en el año 221 a.C.
 
 
 
Hasta el momento han aparecido en Xian más de 8.000 soldados de tamaño ligeramente superior al natural, uniformados de acuerdo con su rango, vistiendo armadura y pintados de colores brillantes. Aunque sea difícil de creer, no hay dos caras iguales entre los guerreros de Xian. La fosa número 1 contiene un ejército en formación de ataque con 6.000 figuras de caballos y soldados. Una compañía de 204 soldados de infantería armados con ballestas y arcos forma la vanguardia del ejército, seguida de treinta líneas de carros alternados con más infantes. En los flancos hay dos líneas de soldados mirando hacia fuera.
La fosa número 2, situada veinte metros al norte de la fosa 1, contiene 1.400 arqueros, soldados de infantería y carros. La formación de este otro grupo militar es más compleja y refleja una mayor variedad de tropas y auxiliares, incluyendo arqueros, lanceros, soldados de caballería, carros y dos comandantes: uno en la última fila de la vanguardia, y el otro sobre un carro de combate, tras los carros y la infantería.
 
Los Guerreros de Xian
 

El saqueo de la tumba

En la fosa número 3 se ha localizado el punto donde debía de estar situado el comandante en jefe, junto con 86 soldados, la gran mayoría oficiales. La estatua del comandante no se ha encontrado, aunque los arqueólogos creen que su ausencia está relacionada con un túmulo cercano que podría albergar la tumba del general o su efigie en terracota.
Entre el material recuperado se han encontrado espadas sin oxidar, gracias a la capa de cromo con la que fueron recubiertas, y todavía afiladas. También se han hallado mecanismos de ballestas automáticas y puntas de flechas con medidas estandarizadas que sugieren un sistema complejo de manufactura. Sin embargo, durante las excavaciones se puso de manifiesto que los soldados de terracota habían sido desprovistos de sus armas, y muchos habían sido destruidos. La historiografía china cuenta que, tras la muerte del emperador, acontecieron numerosas revueltas. Durante una de ellas, dirigida por el general Xiang Yu, del reino de Chu, los rebeldes entraron en la tumba, la saquearon y quemaron en su huida las estructuras de madera que cubrían el recinto. Los restos calcinados fueron quedando paulatinamente cubiertos por tierra y vegetación, y así quedó sellado el destino de los guerreros de Xian.
Por Verónica Walker Vadillo. Universidad de Oxford, Historia NG nº 106
 
 

 

La exposición está compuesta por 150 réplicas a tamaño real de guerreros, caballos y equipamiento de guerra del Ejército de terracota que fueron enterradas cerca del autoproclamado primer emperador de China de la Dinastía Qin, Qin Shi Huang.  La duración aproximada del recorrido es de dos horas, con la proyección de un documental con la historia de este gran descubrimiento por unos granjeros chinos en marzo de 1974.
 

 
En la exposición se reproduce la sección del foso 1 de la gran excavación de Xi´an a escala 1:1, con más de 90 guerreros, y alrededor de la excavación hay un diorama a todo color del foso original representando el enorme tamaño de la excavación.
Una fantástica exposición con 70 reproducciones procedentes de los hallazgos del mausoleo de Qin Shi Huang, de ellas ocho son reconstrucciones de figuras humanas de excelente calidad que impresionan, son más grandes que el tamaño real de los hombres de la época. Entre las figuras hay gobernadores, oficiales y guerreros junto a caballos, armas, joyería, herramientas de uso cotidiano y arte.
 
 

 

1 comentario:

  1. La exposición es preciosa, muy bien ambientada e iluminada.. los guerreros espectaculares y muy interesante descubrir a través de la proyección de la Sala la tremenda complejidad técnica que supuso la construcción de este ejército en aquella época.

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