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martes, 28 de abril de 2015

MUSEO LÁZARO GALDIANO -J UEVES 30


Lázaro Galdiano, José (1862-1947).

Coleccionista de arte, editor, bibliófilo y filántropo español nacido en Beire (Navarra) el 30 de enero de 1862 y fallecido en Madrid el 1 de diciembre de 1947; amante de las obras de arte y de los libros, reunió una magnífica colección que, convertida en Fundación, donó al pueblo español.


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José Lázaro sentía una gran admiración por Francisco de Goya, prueba de ello es el importante número de obras del genial pintor aragonés que llegó a reunir: 8 pinturas (más otras dos atribuidas), primeras y segundas ediciones de las estampas, pruebas de estado, dibujos, e incluso cartas del pintor a su amigo Martín Zapater. Además dispuso que uno de los techos de su residencia, sede del actual Museo, tuviera por tema una apoteosis de Goya rodeado por sus modelos. Por este motivo la Fundación Lázaro Galdiano dedica una especial atención a la difusión de estas obras.
 
El Aquelarre o su pareja Las Brujas, La Era o El verano.
 
Encuentro: Puerta del Museo, C/Serrano, 122, a las 10,50 horas.
Francisco de Goya "Las Brujas". Detalle del cuadro del Museo Lázaro Galdiano

sábado, 25 de abril de 2015

MUSEO THYSSEN - PAUL DELVAUX “Paseo por el amor y la muerte"

DOMINGO 26 DE ABRIL.-



Encuentro:  Puerta del Museo, Pº del Prado, 8 a las18,50 horas.

Expresionismo, surrealismo y Delvaux

 
“En los años 20 le influye Modigliani. También empieza a meterse en el mundo del expresionismo flamenco influido por Permeke y Smet, pero en el año 34 descubre a los surrealistas en la exposición Minotaure”, apunta Solana. A partir de este momento el artista belga define sobre el lienzo un imaginario que le acompañaría durante una larga vida. Una existencia que atraviesa la gran tormenta que es el arte moderno durante el siglo XX sin sufrir erosiones.
“En Delvaux hay muy pronto una fascinación por lo griego, por la Acrópolis, por Pompeya, por la resurrección del mundo antiguo, un mundo un poco de ruinas, muerto y resucitado, como lo son sus propias figuras, que parecen volver del más allá”, describe el responsable, y continúa definiendo las sensaciones que evocan los personajes que habitan ese escenario como “el misterio del amor y la fascinación por el sexo de un adolescente melancólico”.
La feminidad de Mujer ante el espejo (1936) y La escalera (1946), convive sin disparidad con las calaveras que protagonizan Crucifixión (1954) o Los esqueletos (1944). Delvaux encadena los rostros de sus mujeres a una ausencia onírica pero equipa sus cuerpos con pechos que hablan en voz alta. Y mientras ellas se deslizan en algún lugar del espacio-tiempo psicológico, una legión de esqueletos toma el mando de lo cotidiano.
"El artista dice que sus esqueletos no son la muerte, él quiere sacarlos un poco del encasillamiento. Manifiesta que para él son la estructura del hombre, y esto remite al puro placer artístico y lúdico de dibujar el esqueleto. Son esqueletos animados, vivos”, aclara el director artístico y añade: “Hay una especie de humor negro, algo de la fantasía de Tim Burton de La novia cadáver, algo de broma macabra”.

El sexo de un voyeur y la devoción del coleccionista

“El propio Delvaux no explica sus cuadros", reflexiona Solana, y continúa: "El artista es un gran pintor erótico, y decía que, para él, la pintura era el sentimiento poético. Eso fue algo que le ayudaron a descubrir los surrealistas, la poesía en la pintura. Delvaux menciona en muchas ocasiones la búsqueda de un sentimiento, la búsqueda de una atmósfera. El consigue esto a través de elementos figurativos obsesivos, que vienen en muchos casos de su infancia, que son irracionales, que no se sabe explicar cual es su atractivo pero que estan ahí siempre”.
Una diversidad concretada en una forma de crear que también sedujo a Pierre Ghêne, quien desde la década de los 70 alimenta una colección de este autor que ya sume centenares de obras, la mayor parte de ellas en el museo de Ixelles en Bruselas. Solana relata la relación que llevó a la muetra que ahora ofrece el Thyssen: “Tras su colaboración en la exposición de El surrealismo y el sueño, que ofrecimos 2012, Pierre Ghêne nos sugirió esta posibilidad y puso a disposición su colección (…) de esta manera hemos podido montar esta retrospectiva con un presupuesto razonable”.
"Hay un puñado de 7 a diez obras maestras muy icónicas. Con obras desde los años 30 hasta los años 70, están reunidos los temas esenciales”, pero el mundo del pintor belga también atrapó a otros, rememora Solana: “Michel Butor en un catálogo de Delvaux hace varias décadas construyó una ficción a través de los cuadros del pintor y de sus personajes. Cada uno de sus cuadros es como el comienzo de una historia”.
“Delvaux es un gran creador de mundos”, declara Solana, pero “era un solitario reprimido y es más un mundo de voyerismo y de exploración, entre deseante y un poco ansiosa del mundo del sexo y el mundo femenino”.
Para él el pudor acaba tras el pelo del pincel, y sobre la trama del lienzo "las mujeres de Delvaux son tremendas, inquietentes, monumentales, con esos grandes ojos, un poco sirenas, que llaman quién sabe a qué, quizás al desastre”, relata Guillermo Solana.
 



lunes, 20 de abril de 2015

MAÑANA MARTES 21 DE ABRIL

VISITA CON GUÍA DE LA INSTITUCIÓN AL TRIBUNAL SUPREMO DE MADRID

El Tribunal Supremo, entendido como última instancia jurisdiccional en todos los órdenes, tiene su origen en el Fuero Juzgo de 1241 y en el Código de las Partidas (1252-1284) que recomendaban la creación de una institución “para que ayuden al Rey varones sabios”.
 
Este proyecto recogido por Alfonso XI y desarrollado por Juan I fue llevado finalmente a la práctica por los Reyes Católicos, quienes constituyeron el Real y Supremo Consejo de Castilla, Cuerpo Consultivo de los Reyes y Tribunal Altísimo de Justicia, predecesor remoto de la institución.
Serán las Cortes de Cádiz de 1812 las que impulsen el germen del primitivo Tribunal Supremo. Desde la creación del Tribunal Supremo hasta su radicación definitiva en la sede que hoy conocemos de Madrid, transcurrieron sesenta y tres años. El edificio actual no fue la ubicación del mismo hasta 1875, año que se instaló finalmente en el antiguo Convento de las Salesas.
 
FUENTES; Raúl C. Cancio, Doctor en Derecho y Letrado del Tribunal Supremo
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Encuentro:  Entrada por la puerta de Mqués de la Ensenada, 8 - a las 9,50 horas.





domingo, 12 de abril de 2015

SEMANA DEL 13 AL 19 DE ABRIL

LUNES; "PSICOLOGÍA, CUIDANDO AL CUIDADOR, SESIÓN IV",  a las 11.00h. 

MARTES; "EXPOSICIÓN. HERNÁN CORTES en ARTE CANAL".

Encuentro: Puerta del Museo, Pº Castellana, 214, a las 10.20 horas.  


 
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MIÉRCOLES; "EXPOSICIÓN FUNDACIÓN MAPFRE - EL CANTO DEL CISNE".

Encuentro: Puerta de la Fundación, Pº Recoletos, 23, a las 14,20 horas. Posibilidad de comer en Madrid antes de la exposición.

El canto del cisne.  

 
JUEVES; "HISTORIA CONTEMPORÁNEA, SESIÓN II" a las 18.30h.

VIERNES; "MUJERES EN LA HISTORIA DEL ARTE, SESIÓN II" a las 11,00h.
 
 
 

VIERNES 10.- PRESENTACIÓN ROGIER VAN DER WEYDEN.

 
* Como preparación de la exposición del Museo del Prado 
 
 

 
Van der Weyden es el pintor flamenco que más se ocupa del dolor y el dramatismo. Van der Weyden da mucha importancia a la composición y sus figuras son de canon muy esbelto. También presta atención al volumen y el dibujo.
 
(Tournai, actual Bélgica, hacia 1399/1400 - Bruselas, 1464) Pintor flamenco. Aunque fue el pintor flamenco de mayor proyección internacional en su tiempo y uno de los grandes maestros del siglo XV en Flandes, su figura resulta problemática por las confusas referencias documentales. En general, se acepta que es el Rogelet de la Pasture que ingresó en 1427 en el taller de Robert Campin, en Tournai, y que salió de él convertido en maestro pintor en 1432.
De hecho, existen coincidencias estilísticas básicas entre ambos artistas, ya que Van der Weyden partió del estilo expresivo, lineal y naturalista de su maestro para dotarlo de una mayor intensidad dramática y un mayor grado de sofisticación y refinamiento.
 
 

Descendimiento de la cruz (1436), de Van der Weyden
 
 
Una de las primeras obras del maestro, y quizá la más conocida, el Descendimiento, condensa todas las características estilísticas que hacen sus creaciones inconfundibles: las figuras, dispuestas en una composición magistral dominada por el sentido del movimiento, expresan toda la fuerza de sus sentimientos con una riqueza iconográfica sin precedentes; el decorativismo, relegado a un segundo plano, se somete a la fuerza del color.
Van der Weyden aparece de nuevo documentado en 1436 en Bruselas como pintor oficial de la ciudad, donde tuvo un taller con numerosos ayudantes y discípulos, desde el que ejerció una gran influencia no sólo en los pintores flamencos, sino en muchos pintores europeos de la época.
Además de unos retablos sobre la Justicia para el Ayuntamiento de Bruselas (perdidos), se le deben innumerables obras de temática religiosa (Tríptico de la Virgen, Tríptico Miraflores) y retratos (Jóvenes mujeres, Francesco de Este); en éstos, la representación naturalista de los rasgos de los personajes está sublimada por sutiles efectos luminosos. En 1450 viajó a Roma para ganar el jubileo y después visitó algunas otras ciudades italianas; fue su único desplazamiento fuera de Bruselas, o al menos, el único del que se tiene noticia.